6 de abril de 2008

Incierta incertidumbre

Odiamos el no saber, el desconocimiento; nos da miedo lo nuevo, los cambios; tememos lo diferente, lo que no es habitual. Y es así, el ser humano es un ser cotidiano, que tiene sus rutinas y se esfuerza por manetener intacta su monótona vida. Aunque a veces digamos que no, que eso suena muy aburrido... en el fondo, todos acabamos deseando cierta estabilidad en nuestras vidas.
Pero en este mundo cada vez es todo más incierto, y es precisamente esa incertidumbre la que muchas personas no toleran o no aprenden a aceptar... Vívimos con incertidumbre en nuestro trabajo, que ya no es para toda la vida; en nuestras relaciones personales por supuesto, ¿Qué es más incierto hoy en día que una relación de pareja? En nuestras famílias, que cambian y se transforman de diez mil formas diversas, y puede que el que ayer era nuestro padre, pase a ser mañana un amigo, mientras otro ocupa su lugar...

Vívimos en la incertidumbre del desconocimiento.

2 comentarios:

Jo G. Pallas Atenea dijo...

Esa es la trampa de la libertad: tener demasiadas opciones para elegir y querer finalmente atarse a algo. Ser libres para no ser libres.

Me gusta tu blog. Si quieres mira el mio http://cavernadepersefone.blogspot.com

Xaquelina dijo...

¿Y quién no ha tenido miedo al cambio? Pero, por suerte o por desgracia, es algo que va unido a nosotros, igual que al concepto de vivir, crece, desarrollarse.

La vida es un continuo cambio, y el que no lo acepta ahí debe empezar a cambiar su manera de juzgar al "cambio".

Porque cambiar es vivir, es futuro, es destino.