6 de octubre de 2012

Ya no me desangras



Tú con tu personalidad múltiple y yo intentando averiguar si estoy ante el doctor Jekyll u hoy toca dosis de Mr. Hyde. Y luego las complicadas somos las mujeres….
Como vampiro dejaste de desangrarme. Desapareciste tras tu capa como el mejor ilusionista y a mí sólo me quedó de recuerdo una extraña paloma blanca de ojos saltones, que me sigue a todas partes.
Como mortal ahora vuelves a hacerte el simpático como si no hubiera pasado nada. Aunque nadie nos mire, me buscas en cada nueva ocasión con excusas idiotas. Yo te evito aunque ineludiblemente, ante tanta incoherencia, a veces pierdo el norte y me permito lanzarte un cóctel envenenado directo al corazón, compuesto por mi mirada más inocente y una sonrisa irónica. Caigo inevitablemente en tu trampa y me veo encerrada contigo en una habitación vacía y sin ventanas por las que huir volando. Intento coordinar mis movimientos con palabras que llenen ese puto silencio que precisamente tú has instaurado entre los dos.

Y procuro no olvidarme de respirar.
Si me miras es difícil hacerlo todo a la vez.
Sólo tú has provocado eso en mí.
Y lo peor de todo, es que lo sabes perfectamente y te jactas de ello.

Me alegro de provocar lo mismo en ti y de ser la culpable de que te tiemblen las piernas, pero ya no eres un “ser único”, perdiste tus colmillos y decidiste colgar tu capa. ¿Y ahora que nos queda? Un abismo de silencios que nos separan por mucho que finjamos que no pasa nada. Yo me bajo aquí. No entiendo nada y quizá ni siquiera valga la pena seguir intentándolo.
Dejo colgando de tus labios esas explicaciones, que sé que en realidad no me quieres dar y me largo cerrando nuestro atropellado encuentro con un no comment, y alegrándome de haberme puesto esos tejanos que me quedan tan bien, ahora que sé que obviamente tú  me estás mirando el culo.


Ya no existe ese lugar para tus colmillos en mi cuello
Juegas a verme perder la dignidad en un instante
Te he quitado el antifaz ya solo eres un recuerdo más


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