13 de julio de 2010


Yo también me siento hoy como un ser inestable que de pronto esta mañana ha despertado en una vida que parece no pertenecerle. Conociendo un poco algunas patologias mentales, se me ocurren unas cuantas en las que quizá me podría incluir, pero me da igual.


Todas las decisiones tomadas ayer, aparentemente con conciencia, se me antojan hoy palos de ciego al azar, en un mundo donde hace años dejé de ver. Y sigo así, ciega. Y voy dando tumbos de aquí para allá sin saber siquiera dónde estoy. Y si no sé dónde estoy, ¿cómo coño voy a saber a dónde voy?

Entonces sin a penas darme cuenta, vienen de nuevo a mí ideas de escapismo suicidas, en un último intento de aprender a entenderme... pero no hay manera, veintiocho años después sigo sin tener ni puta idea de nada, exactamente igual que cuando nací. Puede que el hecho de tener mi manera particular de interpretar la realidad tenga algo que ver con este estado de inexistencia o de insustancial existencia, más bien. Por que existir, existo (eso está más o menos claro) por aquello de "cogito, ergo sum", pero el caso es: ¿para qué? Por que si mi objetivo de vida es venir aquí a aguantar esta mierda de crisis, con un jefe esclavista que se piensa que soy su marioneta particular, vaya manera más drástica de romper sueños.

1 comentario:

Xaquelina dijo...

Relee lo que has escrito antes, no te preocupes, enfádate, chilla, desahógate y vuelve a tomar el control. Vive y sobrevive, no te conformes, ve a por más, poco a poco llegarás a tu destino, sea el que sea.