
Gastamos tantísima energía a lo largo del día en intentar convencer a los demás, que acabamos agotados anímicamente. Me incluyo en el grupo de justificadores incansables, puesto que muy a mi pesar, me justifico a diario de muchas de las decisiones que tomo. A pesar de todo, me gusta ver el lado bueno de todas las cosas y la verdad es que aquí también lo hay: aunque no convenza a todo el mundo y a pesar de gastar tantas energías, me convenzo cada vez más a mi misma, me autoposiciono y me siento libre para soñar con mis anhelos y dedicarme a perseguirlos a diario en mi vida. A fin de cuentas, cada uno gasta su vida como le da la gana, y en mi caso, la gasto sin conformarme nunca, teniendo metas y aspiraciones siempre, soñando con un mundo mejor para todos y por qué no, de forma tan ilusa como cuando era niña, pero con la madurez de alguien que ya ha vivido veinticinco años. No quiero limitaciones a mi alrededor, ni personas negativas que no sepan creer que todo TODO tiene su parte positiva y que en la vida CASI TODO es posible con ganas y mucho esfuerzo... Siempre me ha sobrado motivación y coraje, por eso sé que aunque a veces me desespere buscando el reconocimiento en los ojos de los demás, en el fondo no lo necesito por que yo sé que me va a ir bien, básicamente por que me han enseñado a creer en mi misma y eso aún, por suerte, no lo he olvidado. No perdáis nunca la fe en vosotros mismos, puesto que con eso ya tenemos ganada la mitad de cualquiera de las batallas.