19 de mayo de 2011


Demasiado tiempo con el rumbo perdido. Cualquier detalle suma puntos en la cuenta de una vida que hace tiempo dejó de ser la vida que quería para mí. Y sé que compadecerme de mi misma o culpar a la mala suerte no sirve de nada… sólo son excusas con las que aliñar mis berrinches.
Pero los berrinches pasan, como todos los momentos. Eso es lo bueno de la vida, los malos momentos también acaban pasando. Y cuando se sequen mis ojos y deje de dolerme el orgullo, sé que levantaré cabeza, miraré al frente y volveré a buscar mil maneras para recuperar las riendas de nuevo.

2 comentarios:

Nayade dijo...

Hola

me ha gustado tu página endescuidos.blogspot.com, los pensamientos que escribes están interesantes y entretenidos. Por ello, me encantaría contar con tu sitio en mi directorio, consiguiendo que mis visitantes entren también en su blog.

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Anónimo dijo...

Las cosas son así. No hay otra. Cuando te levantes serás fuerte, pero ten cuidado, porque si eso significa tener miedo a llorar, serás más débil. Yo, por mi parte siempre creo que todo irá bien. Aunque eso no consuele mucho. Saludos.